Éste me lo contó Rubén Rada. (Si hiero alguna susceptibilidad, comuníquense conmigo)

El Sr. Cabrera recibe una llamada de un hospital. Le informan que su esposa sufrió un terrible accidente automovilístico. El hombre se va inmediatamente al hospital, llega a la sala de Emergencias y pregunta por su esposa. Le dicen que el Dr. Ramírez es el médico que la recibió, lo van a buscar para que le informe sobre el estado de salud de la Sra. Cabrera. El doctor llega y se encuentra con el Sr. Cabrera muy compungido. - Sr. Cabrera?... - Si, soy yo... di­game, doctor, ¿qué sucedió, cómo está mi esposa? El doctor se sienta y dice: - Me temo que el pronóstico no es bueno... su esposa tuvo dos fracturas graves en la columna vertebral. - Dios santo! ..exclama el Sr. Cabrera. - ¿Cuál es su diagnóstico, doctor? El doctor dice: - De momento, muy grave, sus signos vitales están estables. Sin embargo debo decirle que su columna es inoperable, ella quedó paralítica. Usted va a tener que darle la comida en la boca como a un bebé... Cabrera comienza a sollozar. El doctor continúa: - Además, usted no se podrá separar de ella por mucho tiempo, tendrá que darle vuelta en la cama cada dos horas para evitarle acumulación de líquidos en los pulmones lo que le produciría una neumonía fatal. Cabrera llora desconsoladamente al imaginarse el cuadro. El doctor sigue: - Prepárese también para colocarle pañales, los cuales deberá cambiar por lo menos cinco veces cada día. Usted la va a limpiar cada vez que haga caca ya que su esposa ya no puede controlar los esfínteres. Puede que se llene de gases y emita pedos con alguna frecuencia. Le recomiendo que se acostumbre y la limpie inmediatamente para evitar acumulación de los líquidos podridos que saldrán de sus intestinos. Es estos momentos, el Sr. Cabrera está con el ánimo en el piso. Entonces el doctor Ramírez le pasa un brazo por la espalda, le da unas palmadas y dice: - Cálmese hombre, todo esto es chiste mío... estoy jodiendo... su esposa murió en el accidente... quédese tranquilo... DiE